Bacall On Bogart

“It was 1944. 
I was 19, brand new in Hollywood and under personal contract to director Howard Hawks. 
Now, Howard had told me he wanted me to be in a movie with either Cary Grant or Humphrey Bogart. 
I thought:
“Wow, Cary Grant!”
I'd already tested for “To Have And Have Not” and was going to be in it with, of course, Bogey's approval. 
One day I was going into Hawks' office, and Bogey was on his way out. 
As we passed, he said:
“Oh by the way, I saw your test... We'll have a lot of fun together”
He was right about that”
Lauren Bacall

Qué duda cabe, que Humphrey Bogart es una de las más grandes estrellas que nos ha dado Hollywood, sin el cual, sería difícil entender el cine estadounidense de los años 30, 40 y 50; y Lauren Bacall fue su última esposa.
Mito eterno, inteligente, elegante, lúcida, y sigue brillando en pleno siglo XXI, pero detrás de la leyenda viva del Hollywood clásico, se esconde una mujer, una actriz insegura y frágil, que tardó en encontrar su sitio. 
Su mejor arma: 
El sentido del humor, y una mirada que nos hace retroceder en el tiempo. 
Lauren Bacall ha sido una de las grandes damas del “cine negro”, con un encanto indiscutible en su primera etapa como actriz, que marcó el género con su presencia, junto a uno de los mitos más destacados: 
Humphrey Bogart.
Lauren Bacall es una actriz de voz grave, ronca, y fascinante belleza, que supo explotar a las mil maravillas, su porte ligeramente andrógino, su sugerente sexualidad, y esa manera de caminar un tanto felina, que la hacían tan irresistible. 
No existe duda alguna, de que la Bacall fue la única mujer, con la excepción quizás de Mary Astor, que estuvo a la altura de la personalidad escénica de Humphrey Bogart.
Lauren Bacall formó con Bogart, uno de los matrimonios más glamurosos, uno de los más estables y famosos de Hollywood. 
Y fue con él, con el actor del labio roto, y los pulgares en el cinturón; con quien rodó sus mejores películas.
Sin duda, Lauren Bacall es la “flaca” más famosa de la historia del cine, le bastó pedir unas cerillas, apoyada sobre el quicio de una puerta, para convertirse en un icono de la sofisticación, la clase, y el desparpajo; y encima de ello, te enseñaba a silbar.
Rápidamente, a Lauren Bacall se la identificó con el sobrenombre “The Look” y, midiendo 1,69, con una voz de tonos sensuales, que ella afirma, no haber advertido nunca, fue catalogada tiempo después, para bien o para mal, como la viuda de Bogart, representando un tipo de mujer que suscita la admiración más que el deseo. 
Curiosamente, a pesar de las diferencias físicas entre Bogart y Bacall, tenían muchas cosas en común, algunas bastante curiosas, como la voz, cuyo tono ronco y grave, dio nombre al “Síndrome Bogart-Bacall”, que consiste en una fatiga de la voz, ronquera o “dolor” de garganta, y que se produce entre personas, generalmente actores o cantantes, que fuerzan la garganta, para imitar precisamente, este tono grave y sensual, que en los 2 actores, era natural. 
Su éxito profesional, se cimentó en lo que se denomina comúnmente, “estilo”: 
“The Look” constituyó en la década de los 40, un nuevo patrón de la belleza femenina, basado en su tremenda elegancia, y en el decidido encanto de su franca sonrisa.
Nacida como Betty Joan Perske “Persky” Weinstein-Bacal, Lauren Bacall es hija de judíos emigrados provenientes de Alemania, familia paterna; y Rumanía, Polonia, y Ucrania, familia materna.
Curiosamente, según The Jerusalem Post, Lauren Bacall, es prima por línea paterna de Shimon Peres, ex Primer Ministro, y actual Presidente de Israel.
En retrospectiva, su madre se cambió el primer apellido por Weinstein-Bacal y luego por Bacal. 
Su hija emplearía el segundo apellido materno, escrito “Bacall” 
Para costearse sus estudios en la Academia Americana de Artes Dramáticas, Lauren Bacall trabajó como modelo y acomodadora en un cine. 
A los 17 años, apareció en la portada de una prestigiosa revista de modas, la Harper’s Bazar, que fascinó al director Howard Hawks, quien 3 años después, la incluyó en un elenco, junto al consagrado Humphrey Bogart, para el film “To Have And Have Not” (1944) que la catapultó al estrellato.
La actriz, cuya trayectoria comenzó con esa película, apareció en más de 40 películas, entre las que se encuentran:
“The Big Sleep” (1946), “Dark Passage” (1947), “Key Largo” (1948), “How To Marry A Millionaire” (1953), “Designing Woman” (1957) asimismo, intervino en musicales montados en los escenarios de Broadway, entre los que destacan:
“Applause” (1970) y “Woman Of The Year” (1981)
Sus interpretaciones, la han hecho acreedora de múltiples premios, entre ellos, un premio del Sindicato de Actores, un Globo de Oro, y 2 premios Tony. 
Por su trayectoria profesional, Lauren Bacall recibió el premio Cecil B. DeMille en 1993, así como el Oscar Honorífico, en 2009.
Convertida ya en una vieja gloria de la época dorada de Hollywood, a partir de la década de 1970, Lauren Bacall fue espaciando sus trabajos. 
Participó en la superproducción de intriga “Murder On The Orient Express” (1974) con Ingrid Bergman, y muchas otras estrellas.
Sus trabajos más recientes incluyen:
“Misery” (1990), “Prêt-À-Porter” (1994), “Diamonds” (1999), “Dogville” (2003) y “Birth” (2004)
La Bacall, ha sido nominada al Oscar, una única vez, como mejor actriz de reparto, por su papel en “The Mirror Has Two Faces” (1996), filme dirigido por Barbra Streisand.
En lo personal, Bacall se casó con Humphrey Bogart, ya divorciado y de 45 años, en 1945, teniendo ella apenas 20 años, y siguió a su lado, hasta la muerte del actor, en 1957, debido al cáncer. 
La relación de ambas estrellas, comenzó entre bambalinas, estableciéndose una gran afinidad entre los actores, y 18 meses después, ya eran esposos. 
Su matrimonio duró 13 años, y tuvieron 2 hijos:
El productor de noticias Stephen Bogart, y Leslie Bogart, quien fue enfermera.
El día que contrajeron matrimonio, Bogart le regaló a Lauren un silbato de oro, con una frase grabada al dorso:
“Si me necesitas, silba”
En alusión a la cita dicha por Bacall, en la primera película juntos: 
“To Have And Have Not” (1944), donde Lauren le dice:
“Conmigo no tienes que fingir. 
No tienes que decir nada. 
Si me necesitas, silba. 
¿Sabes silbar, no?
Juntas los labios y soplas”
El fallecimiento del intérprete de “Casablanca” destrozó a la actriz, manteniéndose alejada de las pantallas durante varios años, y dedicándose principalmente, a interpretar obras en Broadway.
Su segundo esposo, fue el también actor, Jason Robards, desde 1961 hasta su divorcio en 1969. 
De esta unión, nació un varón quien sería el actor Sam Robards. 
Bacall se divorció 8 años después de Robards, debido a problemas de alcoholismo por parte del actor, y ya no volvería a reincidir en el matrimonio desde entonces.
Lauren Bacall ha escrito 2 autobiografías, y pese a haber superado con creces los 80 años, sigue participando en algunos papeles en el cine.
Lauren Bacall es la vieja escuela, es el aire de un Hollywood que ya no existe, y con solo contemplar sus cansados ojos maduros, podemos imaginarnos el glamur, el fulgor, y el misterio de aquellos actores y actrices, que pasaron por su vida, danzando alrededor de los enormes decorados, de unos Estudios que construían y destruían vidas, como si una pieza más del attrezzo se tratase. 
Lauren Bacall compartió su vida con seres muy similares, de características afines a ella, pero moldeados con fibra de algodón, y Hollywood tenía el fuego permanentemente encendido. 
Solo Lauren Bacall podía traslucir esa fuerza, tal vez trasmitida por su intima amiga: 
Kate Hepburn, y en ese escudo ha vivido todos estos años, siendo una de las actrices más respetadas del panorama cinematográfico mundial.
“As a result of Casablanca, Jack Warner made the brilliant discovery that Bogey had sex appeal... 
As you might imagine, Bogey thought that was pretty funny. 
He said:
“I'm the same man I have always been. 
Jack doesn't realize that if Bergman looks at any man with love in her eyes, he must have sex appeal”
Lauren Bacall.
Bacall On Bogart es un documental de 86 minutos, realizado en 1988 para televisión, por David Heeley, que cronológicamente está muy bien estructurado sobre la figura de Humphrey Bogart, desde sus comienzos en el teatro como actor, hasta su última película. 
Lauren Bacall es la anfitriona de Bacall On Bogart, y la principal narradora, pero no es la única; veremos también a:
Peter Bogdanovich, Richard Brooks, Alistair Cooke, Julius J. Epstein, Katharine Hepburn, Van Johnson, Budd Schulberg, entre otros.
Con un guión base de John L. Miller, no es fácil contar algo nuevo sobre Mr. Humphrey Bogart, a pesar de lo cual, me animo a presentar esta nota documental por 2 motivos: 
Primero porque lo presenta su esposa, Lauren Bacall; y segundo, porque aporta material familiar de películas caseras, que resultan muy entrañables.
Lauren Bacall, protagonista de este extraordinario documental, en el que recuerda su vida, dentro y fuera de la pantalla junto a su gran amor, su marido, Humphrey Bogart.
Con entrevistas, entre otros, a John Huston, Katharine Hepburn, Alistair Cooke, Peter Bogdanovich, Ingrid Bergman, con imágenes de archivo; Van Johnson, Budd Schulberg, y Julius J. Epstein, coprotagonistas, directores, y demás amigos.
Algunas de las cosas interesantes, que uno no ve en la carrera cinematográfica de Bogey, pero se muestra en este documental fueron:
Cuando Bogart es entrevistado por Ed Sullivan en “Toast Of The Town”, un programa de televisión, y los chistes en “The Jack Benny Show”; fragmentos de películas de las primeras que hizo de Bogey en 1930, donde él es, en realidad, un joven de rostro fresco; clips del rodaje de “The African Queen” (1951), donde admite que pasó la mayor parte del tiempo, quejándose de estar allí; películas caseras de su boda, y Bogey jugando con sus hijos, y decir que, Bogart se hizo padre, a la edad de 49 años, y mucho más. 
En realidad, cualquier persona que viva las películas clásicas de la época, debe disfrutar de Bacall On Bogart, y que puede ser visto, como un material extra, en el DVD de Edición Especial de 2 discos del film “Casablanca” (1942) 
El cual, además, fue emitido originalmente en la televisión, hace más de 20 años.
Bacall On Bogart incluye además, escenas del rodaje en Italia, de “Beat The Devil” (1953), y filmaciones detrás de las cámaras, de “The African Queen” (1951) con John Huston. 
También, incluye escenas de prácticamente todas sus películas, desde “Up The River” (1930) hasta la última, “The Harder They Fall” (1956)
Tomas falsas, y escenas inéditas de películas caseras.
Debo decir que los clips de las películas, son presentados satisfactoriamente, y cuando “The Maltese Falcon” (1941) se trata, no sólo aprendemos sobre sus 2 adaptaciones fallidas anteriormente, ya que vemos “Dangerous Female” (1931) y “Satan Was A Lady” (1936), y las comparamos por nosotros mismos.
El desfile de los primeros papeles, todas esas olvidables, juveniles, zalameros, pesos pesados de todo tipo, de vaquero a latinos, y el punto más bajo de todos, “Return Of Dr. X” (1939), en la que Bogart usa anteojos, con una raya blanca en su pelo, atan los comentarios críticos y duros de Bacall. 
Cuando ella se mueve en su trabajo conjunto, se ilustra la considerable influencia de Bogart en su trabajo, como los ejemplos de clips de películas, con resultados fascinantes.
El segundo material de archivo, es “The African Queen” (1951), y fue parte de una entrevista del Gremio de Directores de los años 80, momento en el cual, Huston ya lucía muy mayor.
Estos momentos maravillosos, se animan aún más, por las observaciones mordaces de la coprotagonista, Katharine Hepburn, en el set, y la actitud recia de Bogart, hacia todo lo extranjero, y por las imágenes “home-movie” de Bacall.
La entrevista con Ingrid Bergman, sobre “Casablanca” (1942), y la histeria general que rodeaba a su final, viene de un especial David Frost, y también lo ha hecho Julius Epstein, de manera seca pero estimable, como coguionista, y con su hermano gemelo, Philip, del guión Oscarizado. 
Epstein dijo, en 1987, que de alguna manera, Bogart se las arregló para parecer más joven que cualquier otra persona en la pantalla.
También, hay películas caseras, noticiarios de parte de los Bogarts de Hollywood en 1947, la protesta del Comité de Actividades Antiamericanas, así como momentos íntimos y privados, con sus 2 hijos.
Bacall muestra clips de su marido, haciendo lo que más le gustaba: 
La vela. 
“Era un verdadero hombre de mar, y pensé que era el mejor lugar en la tierra para estar, donde estaba tranquilo, y silencioso”, dijo el actor en su momento. 
También, mencionó que su marido no era el hombre que vio todo el mundo en la pantalla.
Richard Brooks, es uno de los mejores en definir a Bogart:
“Es ser un tipo duro, tenía poco que ver con la apariencia musculosa, o un nivel general de irascibilidad...
Tiene que ver con vivir las 24 horas del día, y ser capaz de manejar la situación.
Fue esa habilidad, que hizo Humphrey de Bogart, la figura heroica madura que recordamos para siempre”
Y es que Bacall On Bogart, inicia con Lauren diciendo:
“Got a match?” 
Y cierra con un momento de “Dark Passage” (1947), como Bogart, con el rostro bañado de amor, lleva a su esposa en sus brazos en una veranda. 
Al final de estos 90 minutos, se convierte en un gesto de iluminación, entre 2 personas infinitamente galantes.
Si quieres saber todo sobre Bogart, el actor, y algunos otros datos sobre Bogart, la persona, Bacall On Bogart es un buen documental. 
Tener en cuenta, que Mrs. Bacall, no entra en los detalles de los matrimonios anteriores de Humphrey Bogart, naturalmente. 
Es así que Bacall On Bogart es muy recomendable para el aficionado a la historia del cine.
“The Maltese Falcon was the thing that finally isolated the Bogart character. 
That to me is the quintessential Bogart. 
I think that all that matters in great filmmaking, certainly all that matters in Bogart, is what you're seeing going on in his mind from just looking at his face. 
The camera was made for him, and he was made for it”
Alistair Cooke.
Así las cosas, toda una leyenda; Humphrey Bogart empezó, paso a paso, y hasta los 37 años, no consiguió papel de importancia, y hasta los 42, no alcanzó el estatus de estrella, después, su carrera sería brillante; convirtiéndolo en “El Rey del Desencanto”
Quizá, su rostro peculiar, al igual que su voz, contribuyó a construir su imagen.
Quizá, su paso por el cine negro, cine de luces y sombras, su actitud entre dura y romántica en sus películas más famosas, sus interpretaciones maestras en alguno de los roles que le tocaron en suerte… 
O el protagonizar infinitos momentos inolvidables.
La figura de Humphrey Bogart se asocia, indefectiblemente, con todo un género: 
El Cine Negro. 
“En mis últimas 34 películas, fui tiroteado en 12, electrocutado o ahorcado en 8, e hice de presidiario en 9”, dijo el actor.
Con estas palabras, Humphrey Bogart resumía en 1941, a la puerta del palacio de los mitos, y a punto de entrar en la década más importante de su carrera, su trayectoria, forjada en su mayor parte en el cine de gánsteres de los años 30. 
En sus primeros papeles, se encontraba en el bando del mal. 
Humphrey Bogart era el malo por excelencia, un malo que se fue humanizando hasta convertirse en “Rick Blaine”
El Bogart que renació después sería otro. 
El Bogart de los años 40, fue el melancólico, el detective de rostro esculpido por el tiempo, cuya sonrisa torcida en los labios, pugnaba por salir para ocultar todo el dolor sufrido, la emoción a punto de desbordarse. 
Nadie como él, supo jamás, cómo no mostrar lo que sus ojos, a pesar de todo, traicionaban. 
El género ya existía antes de él, pero con Bogart, más que con cualquier otro actor, el cine negro llegó a ser lo que fue.
Oscuros ambientes, cargados de tinieblas, humo de incontables cigarrillos, y la humedad espesa de la ciudad tras la lluvia: 
Ése fue el hábitat del detective de los años 40. 
La “voz en off” del protagonista, cortando el silencio de las calles vacías por la noche, o acallando ruidosas orquestas en los night-clubs, mientras el detective se movía por una telaraña de corrupción, y venenosas mujeres de labios y mirada oscura, y de aún más oscura moralidad. 
En el cine negro, todo es ambiguo, nada es lo que parece.
En este turbio mundo sin salida, y de labios demasiado humedecidos por el alcohol, fue donde Bogart encarnó a algunos de sus personajes más legendarios de El Séptimo Arte. 
Desaliñado, rudo, áspero, tierno, y bebedor: 
La marca del paso del tiempo en su personaje, algo que en el universo de las estrellas, parecía no existir hasta entonces, fue lo que permitió que Bogart se convirtiera en los años 40, en el mayor romántico, el hombre por excelencia, con el que todo espectador temía que soñara su compañera. 
Contribuyó no poco a esa percepción de Bogart, como el último romántico, la mítica película de Michael Curtiz:
“Casablanca” (1942)
Con este filme, la voz de Bogart se incrustó en la galería de los sonidos más recordados del cine. 
Nacido bajo el nombre de Humphrey DeForest Bogart, Humphrey fue un actor de cine y teatro estadounidense. 
El estilo cínico, y moralmente dudoso de muchos de sus personajes, el eterno cigarrillo siempre entre sus dedos, y su condición de galán poco convencional, son algunos de los rasgos más recordados de su filmografía.
Su clásica tipología de duro, se estableció en esos años 30, cuando Humphrey Bogart protagonizó para Warner Bros, un buen número de títulos, en los que la psicología de sus caracteres, venía definida por una actitud inclemente, y raramente imperturbable.
Humphrey Bogart fue el mayor de los 3 hijos, de un matrimonio formado por un cirujano y una artista gráfica. 
Sin embargo, no fue un niño mimado.
“Me educaron con muy poco sentimentalismo, y con mucha rigidez. 
En nuestra familia, un beso era todo un acontecimiento”, dijo Bogart años más tarde, en un reportaje.
Su vida cambió, cuando en la Academia Philips de Massachusetts, conoció a su amigo William Brady, hijo del productor de teatro, William A. Brady. 
Éste le estimuló para ser actor de teatro. 
Él quería estudiar Medicina en la Universidad de Yale, pero fue expulsado por rebeldía.
A continuación, Humphrey Bogart se alistó en la Marina, para combatir en La Primera Guerra Mundial, y fue destinado como marinero, al buque S.S. Leviathan. 
En 1918, el barco fue atacado por submarinos, y un torpedo lo alcanzó, sin lograr hundirlo. 
Un fragmento astillado de madera, saltó y le rasgó la boca, afectando para siempre su forma de hablar.
A su vuelta, Humphrey Bogart fue contratado como administrador en la compañía cinematográfica y de teatro, The World Film Corporation, propiedad del padre de su amigo. 
Su manera de hablar, y su aspecto físico, que no se correspondía con el del clásico galán de la época, lo que dificultó su inicio, en su carrera como actor. 
Desde 1922, cuando hizo su primera aparición en el escenario, en la obra “The Ruined Lady”, hasta 1935, Humphrey Bogart sólo hizo pequeñas intervenciones en escenarios, y en algunas películas.
En 1936, el enorme éxito que tuvo “The Petrified Forest” supuso el comienzo de una carrera sólida para el actor. 
Su consagración llegó en 1941, con “High Sierra” dirigida por Raoul Walsh. 
Bajo la dirección de John Huston, rodó "The Maltese Falcon” (1941), donde interpretó al detective Sam Spade. 
En 1942 filmó “Casablanca” en la cual protagoniza, junto a la bellísima actriz sueca, Ingrid Bergman, una de las más grandes historias de amor de la cinematografía mundial. 
La cinta, dirigida por Michael Curtiz, es catalogada, una de las 5 más grandes películas jamás filmadas.
Su trabajo fue reconocido por la Academia de Cine de EEUU, cuando en 1951, Humphrey Bogart obtuvo el Oscar al Mejor Actor, por su interpretación en “The African Queen” coprotagonizada por Katharine Hepburn. 
El Oscar que Bogart recibió en 1952, por su interpretación en este filme, era una recompensa, que ya había esperado por “Casablanca” (1942), y también por “The Treasure Of The Sierra Madre” (1948) dirigida por John Huston. 
Bogart, que se había burlado con frecuencia de la ceremonia, proponiendo que la Academia concediera, por ejemplo, un Oscar al “Peor Actor del Año” o incluso, a la “Mejor Interpretación de un Animal”, accedió a recogerlo personalmente.
Desde el inicio de su carrera en cine, Humphrey Bogart filmó varias películas, con quien sería una de sus grandes amigas artistas, la mítica y legendaria actriz, Bette Davis, quien es considerada como “La Primera Dama del Cine en Blanco y Negro”
Afable, amante del deporte, independiente, había montado su propia productora llamada “Santana Pictures”, y comprometido, fue uno de los principales impulsores de la protesta en Washington contra “La Caza de Brujas”, Bogey era también, una celebridad y un personaje muy querido fuera de la pantalla.
Para la eternidad nos quedará:
“Body And Soul” (1931), “Love Affair” (1932), “Marked Woman” (1937), “Angels With Dirty Faces” (1938), “Dark Victory” (1939), “Key Largo” (1948), “The Barefoot Contessa” (1954) entre otras.
En su vida personal, Humphrey Bogart estuvo casado 4 veces. 
Su primera esposa, fue la veterana actriz, Helen Menken, con quien se casó en 1926, y de la que se divorció tan sólo un año y medio después. 
En 1928, Humphrey Bogart se casó de nuevo, con la también actriz, Mary Phillips, divorciándose en 1938. 
Apenas 5 días más tarde, volvió a casarse, esta vez, con Mayo Methot, también actriz, con la que estuvo casado durante 7 años. 
Sin embargo, todavía contraería matrimonio una 4ª vez, el 21 de mayo de 1945, con su compañera de reparto en “To Have And Have Not” (1944), Lauren Bacall, y con la que tuvo 2 hijos: 
Stephen en 1949, y Leslie en 1952. 
Hasta la muerte de Bogart, la pareja permaneció muy unida, y constituyó uno de los matrimonios más carismáticos del mundo del cine.
En el libro “Conversaciones” de Billy Wilder, el genio austríaco confiesa a Cameron Crowe, que en varias ocasiones, Bogart se mostraba antisemita, y por eso se llevaban mal, como evidenció el rodaje de “Sabrina” (1954), hasta el punto de incluirle en una lista de personas indeseables, con las que no tratar; algo extraño, porque Bogart estaba casado con Bacall, una mujer judía, por lo que sus hijos con ella, también lo eran. 
En su lecho de muerte, arrepentido, Bogart, muy enfermo por su avanzado cáncer, se reconcilió con Billy Wilder, y le pidió perdón.
En la Navidad de 1955, Humphrey Bogart comenzó a sentir los síntomas de lo que luego sería un cáncer de esófago. 
Comenzó a perder peso, y a sentirse cada vez más débil. 
En 1956, Humphrey Bogart realizó su última película:
“The Harder They Fall”
Luego del estreno en febrero, Humphrey Bogart se sometió a una cirugía. 
Pareció que se recuperaba, pero tuvo que ser operado nuevamente en noviembre, en el Hospital del Buen Samaritano.
No obstante, Humphrey Bogart se negó a dejar de beber, y de fumar. 
De ahí en más, Bacall lo llevaba en silla de ruedas.
A las 02:10 de la madrugada, del 14 de enero de 1957, en su casa de Hollywood, Bogey dio su último suspiro. 
“Aspiró profundamente, como si le faltara el aire” dijo Lauren Bacall.
El actor Número 1, “Más Grande de Todos Los Tiempos”, según The American Film Institute, murió en 1957, en Hollywood, víctima de un cáncer de esófago. 
Humphrey Bogart tenía apenas, 57 años.
Y es que a Bogart, le veo siempre, con esa sonrisa cínica y desencantada, y esa mirada profunda de hombre enamorado… con litros de alcohol, y un cenicero lleno de cigarrillos.
En su funeral, su amigo John Huston dijo: 
“Bogey fue más que un actor, fue un prototipo humano de nuestra época, casi demasiado humano para ella. 
Todos nos veíamos reflejados en él, y él nos pagó con aventuras, y con leyenda, nuestra deuda de gente aburrida. 
No tenemos razón alguna para apenarnos por él, sólo por nosotros, por haberle perdido. 
Bogart es irremplazable. 
Nunca habrá otro como él”
Pero si en algo hay que tener claridad, es que el fallecido fue Humphrey DeForest Bogart, el hombre; porque los íconos nunca mueren, y Bogey seguirá eternamente, con el cigarrillo en la boca, diciendo una frase que nunca dijo:
“Tócala de nuevo, Sam” 
Tal vez, ahí nació el mito.
La emoción que recorre cada una de las frases, y de los fotogramas de esta mítica cinta “Casablanca” (1942) es la imagen de un Hollywood que ya no volverá jamás.
Al menos…
Siempre nos quedará Humphrey Bogart.

“For myself, I can only say that he changed me. 
He was my teacher, my husband, my friend. 
In his life and his work, Bogey was integrity, truth, and courage. 
He taught me how to live. 
That it was okay to trust. 
He taught me to keep going no matter what. 
He did. 
And he is”
Lauren Bacall.



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